Creo que es difícil tener tan mala suerte como Ural. Primero el cambio de paradigma y que son motos que no se usan ya. Depender tanto de proveedores extranjeros (completamente normal hoy en día) habiendo sido una empresa rusa en una esquina remota del país. La gente de su país no se las puede permitir, la pandemia. Las normas Euro5 han debido ser un pequeño quebradero de cabeza. Y para rematar la guerra de Ucrania y las sanciones, obligando a tener que mudar la producción.
Otra empresa ya hubiera desaparecido, cosa que casi ya sucedió, o como mínimo este año se lo pudieron haber pegado en blanco.
Y dentro de la mala suerte la buena suerte de tener a los actuales dueños que no paran de luchar por la empresa, y que tiene a unos aficionados que —me sorprende— siguen comprando esta moto de nicho. Ya lo dije en este hilo, viendo el contexto poco se le puede exigir a la marca. Es evidente que no van sobrados de recursos y que llevan varios años sorteando el temporal como pueden.
En otro orden de cosas, algo que también noté hace un par de años y lo discutí aquí. Viendo los vídeos de cada año tengo la sensación de que han conseguido hacer la moto cada vez más fácil de manejar y "ligera". En este vídeo de una 2023 [min. 9:25] las marchas entran rápido, buena aceleración. Da para juguetear con la moto.